Pepe mi mentor (hermano de la abuela Maruja) tenía un horno de leña. El día en el que decidíamos hacer un cordero (o un cochinillo), él alimentaba el asador con varios troncos, ramas y leños. Una vez prendía la fogata, se acomodaba en un taburete. Después, navaja en mano, se ponía a pelar patatas. Patas nuevas... no otras, que sumergía en un caldero azul. Por último, descorchaba una botella de vino blanco de su cosecha. Tomaba un trago y seguidamente "bautizaba" la carne. En ese momento, empezaba la función...
Ingredientes
Medio cordero
Patatas nuevas
1 botella de vino blanco
Manteca de cerdo
1 cabeza de ajo
Perejil fresco
Sal
Elaboración
Se precalienta el horno a unos 200 grados.
Se maja la cabeza de ajo y el perejil en un mortero.
Se unta la cazuela de barro con la manteca de cerdo.
Se restriega el cordero con el majado.
Se sala al gusto.
Se incorporan las patatas ya peladas.
Se riega todo con una botella de vino blanco.
Es importante colocar el cordero con la parte exterior para arriba.
Bajamos la temperatura del horno a 170- 180 grados.
Metemos la cazuela y esperamos que se dore la carne.
En ese momento le damos la vuelta.
Normalmente unos 20 minutos después.
Repetiremos la operación de volteado 3 ó 4 veces,
en las dos horas que seguramente necesitemos para que se haga la carne.
El secreto... elegir un buen cordero.