La receta de hoy es de las de la vieja escuela,
de esos sabores que recuerdo de siempre.
Antes la hacía mi abuela, pero desde que perdió la vista, he tenido que tirar del subconsciente
para reproducir su sabor. Hace unos años, en una de esas comidas familiares veraniegas, pregunté a la Tía Carmen (tía de mi madre Carmen y madre de Carmen, cuya hija se llama también Carmen)
si sabía ella el secreto de esta receta y entonces me dijo:
“La masa es la misma que la del roscón de pascua, pero le quitas algún huevo”.
Después de varios fracasos con la masa,
mi recomendación es hacerla con todos y cada uno de los 9 huevos
que pide la masa del roscón.
El resultado nos dará para hacer una hermosa empanada
y también un roscón.
Después de varios fracasos con la masa,
mi recomendación es hacerla con todos y cada uno de los 9 huevos
que pide la masa del roscón.
El resultado nos dará para hacer una hermosa empanada
y también un roscón.
Para el relleno
Cortar las manzanas como las patatas para una tortilla
Espolvorearlas con azúcar y dejarlas macerar en vino dulce al menos media hora.
Para la masa
1 kg de harina
9 huevos
1/4 kg de azúcar
1/4 kg de manteca de vaca
Esencia de anís
100 gr de levadura
1 pizca de Sal
En un bowl mezclamos...
los huevos batidos, la sal, el azúcar y la levadura desmigada.
Incorporamos esta mezcla poco a poco en otro bowl
con la harina dispuesta en forma de volcán.
Amasando a la vieja usanza, se mezcla todo bien con las manos.
Cuando coja consistencia de masa, incorporamos la manteca derretida.
Seguimos amasando con energía.
Finalmente añadimos la esencia de anís.
(a lo mejor es preciso echar algo más de harina,
si la masa queda demasiado húmeda... esto a ojo)
Después de amasar bien, hacemos una bola,
la ponemos en un bowl, la tapamos con un paño
y esperamos a que duplique su tamaño.
Antes de meterla en el horno, pintar la empanada con huevo.
Calentar el horno al máximo, pero a la hora de meter la empanada,
bajar la temperatura a 80º, unos 20-30 minutos.
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